Si los días previos los nervios son los protagonistas del momento que se avecina, el día de la boda el mejor reflejo de lo que sucede es la sonrisa de la novia. Y hay sonrisas que como esta hablan por si sola.
Silvia quería algo que hiciera destacar aún mas el precioso vestido que eligió para ese día, e hicimos una hombreras a juego con su tocado y sus joyas.








